El miedo es una emoción básica, es universal y adaptativa. El miedo nos aleja de situaciones o estímulos peligrosos y asegura la supervivencia.
El miedo en la infancia cambia y evoluciona en las diferentes etapas de desarrollo del niño. En general esos miedos son variados, pasajeros y de poca intensidad. Son temores evolutivos.
Los miedos más comunes en las diferentes etapas son:
- De 0 a 2 años: estimulación visual o auditiva intensa, sepracion de las figuras de apego, oscuridad, heridas, animales.
- De 3 a 5 años: Separación de las figuras de apego, daño físco, sujetos extraños, oscuridad, animales….
- De 6 a 8 años: A los miedos anteriores se suman los seres imaginarios, la soledad, tormentas, la escuela…
- De 9 a 12 años: Separación de las figuras de apego, daño físco, sujetos extraños, oscuridad,tormentas, la oscuridad, soledad, aspecto físico, muerte….
- De 13 a 18 años: Escuela, relaciones personales, apariencia física, muerte, daño físico….
Hay otros miedos, que son esperables, predecibles, y que sabemos de antemano que pueden generar cierto miedo o temor, como puede ser el primer día de colegio, la visita a un lugar nuevo, la primera vez que salen con amigos…que dan miedo o asustan por su novedad pero que son parte de los hitos evolutivos que van alcanzando y son necesarios para adquirir habilidades para adaptarse y enfrentarse a retos y situaciones novedosas.
Los miedos y temores en la infancia, suelen remitir de forma espontánea, pero su persistencia más allá de lo esperado puede adquirir características clínicas que den lugar a un cuadro de ansiedad que requiera intervención.
La actuación de los padres antes estos miedos evolutivos es clave en la desaparición o persistencia de los miedos. Debemos evitar:
- Reforzar conducta evitativas, que solo hacen que aumentar y reforzar el miedo.
- Sobreprotección del niño que no le permitam desarrollar conductas o estrategias de afrontamiento.
Diferencia entre miedo y ansiedad:
La ansiedad involucra temor y miedo, pero su intensisdad y persistencia es mayor que en un episodio de miedo y no se da siempre en presencia del estímulo que lo causa, como en el miedo. La ansiedad es una preocupación excesiva que causa malestar, molestias fisiológicas y evitación de situaciones.
Los miedos no requieren intervención especializada, pero la ansiedad sí, por lo que habrá que acudir a un espcialista que nos oriente sobre cómo actuar los padres y ayude a nuestro hijo a desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces.
Jimena Ocampo Lozano.
Directora Área Infantil y Psicopedagógica.